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Samuel Wesley |
EL PADRE DE JUAN Y CARLOS WESLEY
Samuel Wesley fue predicador en
el pueblecito de Epworth, en la iglesia anglicana. Anteriormente había vivido
en diferentes lugares; pero, en Epworth fue dónde Juan y Carlos se criaron.
Samuel fue un hombre de disciplina y celo, regularmente estuvo bien firme en
sus propias opiniones. Esta situación le provocó persecuciones y problemas que
bien pudieron ser evitados, si se hubiere ocupado en la humildad. Con todo, las
persecuciones que sufrió la familia prepararon a los hijos para las mismas,
pues las sufrieron en el futuro. Y, el ejemplo paciente de su padre en los
sufrimientos fortaleció a los hijos también.
Un rasgo que él y su esposa
tenían en común fue la tenacidad en cuanto a no echar por tierra sus
convicciones; y parece ser que los hijos heredaron lo mismo. Los dos valoraron
el orden en su forma de vida; y así mismo fueron conocidos los hijos, por sus
vidas ordenadas. Estudiando el hogar de los Wesley, se nota que la tenacidad de
los padres a veces les causó problemas, pues cualquier pareja dogmática que
viva junta tendrá diferencias entre sí. Pero, a pesar de esto, no desistiendo
en nada, la madre se dio a la tarea de criar a sus hijos y a manejar la casa de
Samuel.
Samuel fue autor y pastor, y a
consecuencia de las frecuentes visitas que hacía, estuvo muy ocupado. Pues fue
compasivo, se dio a conocer por sus numerosas visitas a las cárceles. Pagó los
costos de su educación universitaria, viviendo felizmente en la pobreza a razón
de esto.
También, fue poeta, escribió
poesía y prosa en el transcurso de su vida. Ninguna de sus obras perduró, pero
algunos de sus hijos recibieron el mismo don; y Carlos sobresalió en éste,
escribiendo miles de canciones. Sin duda el talento de Carlos fue inspirado al
ver a su papá trabajando hora tras hora en sus propias obras. Oh, ¡la sabiduría
de Dios, es inescrutable!
Parece ser que Samuel tuvo sueños
y visiones que quería llevar a cabo, pero no pudo realizarlos. Concibió el plan
de mandar misioneros a China, India y a todos los territorios británicos,
ofreciendo que él y su familia se irían para guiar la obra.
Quizás debe considerarse a Samuel
como un profeta en cierto sentido. En sus últimos días profetizó acerca del
surgimiento de un avivamiento, diciéndoles a sus hijos: —Ustedes lo verán, pero
yo no.
Para concluir, debo añadir lo siguiente: Samuel
no era un padre de primera clase. Sin embargo, su hogar fue conocido por
doquier como uno de los más piadosos de su tiempo. Sin duda que él ayudó a tal
reputación.
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