Como un buen equipo, el matrimonio es más efectivo y exitoso cuando los participantes están en la mejor condición posible. Para el cristiano esto significa una fe firme en Dios. Formar un matrimonio cristiano no es una ciencia exacta, pero si hay cosas que una pareja puede adaptar para establecer un fundamento sólido para su relación. Consideren estos puntos:
Como individuos, busquen de Dios primeramente
La devoción personal a Dios es la contribución más significativa
que una persona puede traer a un matrimonio. Aunque los cuentos de hadas son
muy lindos, y siempre terminan con la boda real de la princesa y su príncipe,
usualmente la historia en los cuentos termina ahí. Nunca se nos ofrece ver la
segunda parte donde vemos a los recién casados peleando y perdiendo la
paciencia. La realidad es que el matrimonio, aunque es algo hermoso, requiere
trabajo.
Para mejor enfrentar esta aventura, una persona tiene que estar
firme en su relación con Dios. Con Dios aprendemos lo que es el amor genuino,
la paz, el perdón, la alegría, la paciencia y muchas otras virtudes que serán
esenciales para un matrimonio fuerte y feliz. Dios es la fuente que alimenta
estos atributos al creyente. ¿Si primero no puedes amar a Dios quien es
perfecto, como entonces amaras a tu pareja con sus imperfecciones? Tu relación
con Dios pondrá todo lo demás en perspectiva. Esfuérzate en la fe y no la
comprometas, ni aun por el amor.
Tomen tiempo para orar y leer la biblia juntos
Así como es importante fortalecerse individualmente en la fe, es
importante hacerlo como pareja. Vendrán situaciones que los únicos que podrán
enfréntalas son ustedes dos. Tomen tiempo para cubrirse el uno al otro en
oración. Busquen dirección y consejos en la biblia. Aparten una hora cada día
de la semana para dar gracias y hacer un devocional de pareja. Esto es una
forma de mostrar que Dios es el centro de su relación. También es una buena costumbre
que podrán pasar a sus hijos. Buscar de Dios juntos servirá de apoyo para los
dos.
Vivan en amor
Sobre
todas las cosas vivan en amor. Que el amor que defina su vida junta sea un amor
con raíces en la biblia. Les dejo con el siguiente pasaje de 1 Corintios 13:
4-7:
“El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia; el
amor no es jactancioso, no se envanece, no hace nada indebido, no busca lo
suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, sino que se
goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta”.
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